Las fosas
nasales o las narinas son dos cavidades separadas por un tabique y situadas en
la cabeza, por encima de la cavidad bucal. Constituyen el tramo inicial del
aparato respiratorio, sirviendo para la entrada y salida de aire, y además
contienen el órgano del olfato. Las fosas nasales poseen una mucosa (membrana
húmeda) con abundantes vellos (capacidad de filtrar) y glándulas (precipitar).
La mucosa tiene dos tipos de células:
Células
ciliadas y vellosas: Pituitaria Roja.
Células
nerviosas olfativas: Pituitaria Amarilla.
El aseo de las
fosas nasales es una actividad que generalmente no es agradable para el niño(a),
le resulta molesta porque de momento, se obstruye el paso de aire hacia la
nariz, este último punto hace que el niño(a) termine respirando por la boca. Es
por ello que protesta enérgicamente y se “defiende” para que no lo limpien.
Para tener éxito, se debe llevar a cabo con suavidad, rápido y con el material
adecuado, en condiciones óptimas de higiene y utilizando un tono de voz suave.
Siempre se le debe explicar al niño(a) la actividad que vamos a realizar con
él.
El mantener
descongestionadas las fosas nasales del niño(a), evitará que desarrollen infecciones
en vías respiratorias, además de hacerlo sentir limpio y tranquilo.
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