La palabra herida designa a toda lesión
que provoca una pérdida de continuidad en la piel, los músculos, los vasos
sanguíneos, nervios, etc. Su gravedad dependerá de la profundidad, la zona
donde se haya producido, su prolongación y el grado de infección que presente.
Las heridas, entonces, se clasifican en:
HERIDAS PUNZANTES: este tipo de heridas
son originadas por elementos puntiagudos como agujas, anzuelos, etc. Existe la
posibilidad de que el corte ocasiones hemorragias internas o dañe las cavidades
subyacentes. Por otro lado, se corre el riesgo de infección.
HERIDAS CORTANTES: son producidas por
objetos filosos tales como vidrios o cuchillos. A pesar de ocasionar una
hemorragia escasa, puede llegar a poner en riesgo musculaciones, nervios y
tendones.
ABRASIONES: la palabra abrasión se
refiere básicamente a raspaduras, provocadas por la fricción de la piel con una
determinada superficie. Aunque se considera una herida superficial, se debe
tener en consideración la posibilidad de infección. De todos modos, suelen
curarse de forma acelerada.
LACERACIONES: se refiere a una
abertura en la piel y/o un desgarro en los tejidos. Son efectuadas por
elementos de bordes serrados. Superficialmente son irregulares. De acuerdo al
tamaño las laceraciones pueden ser menores o requerir alguna intervención
médica.
MAGULLADURAS: son lesiones cerradas
causadas por un golpe. No presentan heridas exteriores, sino que se distinguen
como una mancha en tono morado.
CONTUSIONES: se ocasiona debido a
la resistencia ejercida por los huesos frente a un golpe. La herida presenta
bordes irregulares, y tiende a la formación de una cicatriz en la piel. Además,
las contusiones suelen producir una hemorragia en los tejidos internos.
QUEMADURAS DE PRIMER GRADO: son superficiales, es
decir que se limitan a lesionar la epidermis. En la zona de la herida se puede
observar una pequeña hinchazón, y enrojecimiento. Además el individuo quemado
experimenta dolor al tacto.
QUEMADURAS DE SEGUNDO GRADO: Éstas no sólo afectan
a la epidermis, sino que la segunda capa de la piel (dermis) también es dañada.
Los signos observados en la zona quemada suelen ser: hinchazón, pérdida de la
piel y formación de ampollas de agua.
QUEMADURAS DE TERCER GRADO: aquí, además de
afectar la epidermis y la dermis, se comprometen los tejidos internos, los
músculos y tendones. La región herida no presenta sensibilidad a causa de la
destrucción de los nervios. Asimismo, la probabilidad de regeneración es
mínima. Las quemaduras de tercer grado suelen ser ocasionadas por el contacto
con fuego, superficies y líquidos calientes.
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