sábado, 3 de diciembre de 2016

Deshidratación.

Se define como el estado clínico consecutivo a la pérdida de líquidos y solutos en el cuerpo humano.
La deshidratación puede ocurrir en situaciones de vómitos, diarrea, exceso de pérdidas de líquido por la orina, sudoración profusa o fiebre, por estomatitis o faringitis. También se puede producir deshidratación debido a una enfermedad aguda con pérdida de apetito. En los lactantes es visible por las fontanelas, que se hunden, y la falta de elasticidad en la piel al pellizcar un pliegue del abdomen.

Síntomas:
  • Ojos hundidos.
  • Disminución de la frecuencia de micción (pañales secos).
  • Puntos hundidos en la zona de la fontanela de la cabeza.
  • Ausencia de lágrima al llorar.
  • Boca seca y/o pegajosa.
  • Disminución de la actividad física.
  • Mayor irritabilidad.

Tratamiento de niños y bebés deshidratados:
  • Para combatir la deshidratación es preciso reponer los líquidos con la ingesta oral de líquidos y sales minerales, a través de sueros.
  • No se recomienda utilizar bebidas para deportistas debido a que éstas contienen mucho azúcar y pueden causar o empeorar la diarrea. Igualmente, se debe evitar el uso del agua como primer recurso de reemplazo de líquidos en bebés y niños.
  • Tomar líquidos generalmente es suficiente cuando nos enfrentamos a una deshidratación leve. Es mejor suministrar con frecuencia pequeñas cantidades de líquido, utilizando una cuchara o una jeringa, en vez de forzar al bebé o al niño a beber una cantidad grande de líquido de una sola vez, ya que esto puede producir más vómito. Si el estado es grave, la reposición de líquidos será de forma intravenosa.


Fiebre.

La fiebre es el aumento temporal en la temperatura del cuerpo en respuesta a alguna enfermedad o padecimiento.
Un niño tiene fiebre cuando su temperatura está en o por encima de estos niveles:
  • 38° C medida en las nalgas (rectal).
  • 37.5° C medida en la boca (oral).
  • 37.2° C medida bajo el brazo (axilar).

Es obligatorio bajar la fiebre cuando supere los 40 ºC en los niños y los 39 o 39,5 ºC  en los lactantes. Cuando la temperatura supera los 41 ºC o los 40 ºC en menores de 3 meses, es urgente reducir la temperatura. Y además, en general, se deben usar medicamentos antitérmicos cuando el niño presente además de fiebre, cefalea acusada (dolor de cabeza), dolor en las articulaciones o molestias fuertes.


Como bajar la fiebre:
Para bajar la fiebre alta resulta efectivo poner compresas de agua a temperatura ambiente, nunca heladas, sobre la frente o el cuerpo del niño, bañar al niño en agua templada y desabrigarlo.

Al intentar bajar la fiebre:
  • No envuelva a alguien que tenga escalofríos.
  • Quite el exceso de ropa o de frazadas. El cuarto debe estar cómodo, no demasiado caluroso ni frío. Pruebe con una capa de ropa ligera y una manta liviana para dormir. Si el cuarto está caliente o mal ventilado, un ventilador puede ayudar.
  • Un baño tibio o un baño de esponja pueden ayudar a refrescar a alguien que tiene fiebre. Esto es especialmente eficaz después de suministrar medicamento; de lo contrario, la temperatura podría volver a subir en seguida.
  • No use baños fríos, hielo ni fricciones con alcohol. Estos enfrían la piel, pero con frecuencia empeoran la situación causando estremecimiento o escalofríos, lo cual eleva la temperatura central del cuerpo.


Raspones.

Es muy sencillo rasparse al caer de rodillas, con las manos o codos sobre una superficie áspera. Por lo general estos raspones ocurren en las capas superiores de piel, por lo que no son tan dolorosos.
Los raspones pueden ser dolorosos cuando se lastiman las numerosas y muy finas terminales nerviosas justo por debajo de la piel.


¿Qué debemos hacer?

  • Evita el contacto con la sangre tanto para evitar la infección de la lesión como para tu protección. Para ello, lávate las manos y ponte guantes desechables.
  • Detén la hemorragia presionando directamente sobre la herida, si no se ha parado espontáneamente.
  • Limpia la herida con agua corriente y fresca a chorro. Deja que el agua corra encima de la herida para que arrastre los cuerpos extraños (tierra o restos de tejidos) hasta que no quede suciedad.
  • Seca la piel de alrededor sin tocar la herida. Si un cuerpo extraño está clavado en la herida, intenta sujetarlo para evitar su movimiento.
  • Cubre la herida con un apósito estéril o un pañuelo limpio y seco.
  • Acude al médico para que valore el estado de la herida y valore si el niño o el bebé está vacunado contra el tétanos.
  • Vuelve a lavarte las manos después de haber prestado el primer auxilio.


Lo que no debemos hacer en caso de heridas:

  • Frotar la herida para quitar la suciedad.
  • Retrasar la asistencia médica. El plazo para que se puedan aplicar puntos de sutura en una herida es de un máximo de 4 a 6 horas desde que se produce.
  • Poner vendajes apretados para evitar que sangre.
  • Cauterizar (quemar) la herida.
  • Poner antisépticos, pomadas, ungüentos o antibióticos sobre la herida.
  • Intentar extraer un cuerpo extraño clavado sobre la herida.
  • Usar algodón y alcohol, en cualquiera de sus formas.

Mordidas.

Las mordeduras de animales plantean un importante problema de salud pública para los niños y adultos en todo el mundo. Sus consecuencias para la salud humana dependerán de la especie animal de que se trate y su estado de salud, el tamaño y el estado de salud de la víctima de la mordedura, y la capacidad de acceder a la atención sanitaria adecuada.
Los seres humanos pueden sufrir mordeduras de un gran número de especies animales; sin embargo, las más importantes son las causadas por serpientes y perros.

Mordeduras de serpiente.

Tratamiento.
Hay unas 600 especies de serpientes venenosas, y aproximadamente entre el 50% y el 70% de sus mordeduras causan intoxicación. Cuando una persona sufre una mordedura, la piedra angular de la asistencia consiste en inmovilizar completamente el miembro afectado y acudir rápidamente a un centro médico. La colocación de un torniquete o la incisión de la herida pueden agravar los efectos del veneno y no deben formar parte de los primeros auxilios. Con frecuencia, las víctimas de mordeduras de serpiente deberán ser tratadas con un suero antiofídico. Es importante que ese suero sea el adecuado para las serpientes endémicas en la región. Otras medidas complementarias son la limpieza de la herida para reducir el riesgo de infección, el uso de tratamientos de apoyo como la respiración asistida, y la administración de la vacuna contra el tétanos antes del alta del paciente en caso de que no esté vacunado adecuadamente.

Prevención de las mordeduras de serpiente y de sus graves consecuencias para la salud.
Para prevenir las mordeduras de serpiente debe informarse a las comunidades sobre el riesgo que estas representan y las medidas de prevención que deben adoptarse, como por ejemplo:
  • Evitar las zonas de hierbas altas.
  • Usar zapatos o botas para protegerse.
  • Mantener las zonas de almacenamiento libres de roedores.
  • Eliminar los residuos, las pilas de leña o los arbustos bajos de los alrededores de la vivienda.
  • Guardar los alimentos en recipientes a prueba de roedores, separar las camas del suelo y remeter firmemente los mosquiteros bajo el colchón.

Mordeduras de Perro.

Tratamiento.
El tratamiento depende de la localización de la mordedura, del estado general de salud de la víctima y de si el perro está vacunado contra la rabia. Los principios básicos de la atención son los siguientes:
  • Buscar supervisión médica inmediata.
  • Lavar y limpiar la herida.
  • Practicar una sutura primaria de la herida si el riesgo de infección es bajo.
  • Administrar antibióticos profilácticos en el caso de heridas de alto riesgo o de personas inmunodeprimidas.
  • Aplicar un tratamiento antirrábico posexposición en función de si el perro está vacunado contra la rabia.
  • Administrar la vacuna contra el tétanos si la persona no está debidamente vacunada.

Prevención de las mordeduras de perro y de sus graves consecuencias para la salud.
Las comunidades, y especialmente los niños, deben conocer los riesgos de las mordeduras de perro y la forma de prevenirlas: por ejemplo, no acercarse a los perros callejeros y nunca dejar a un niño sin supervisión cerca de un perro.

Los dispensadores de atención de salud deben estar capacitados para tratar adecuadamente las mordeduras de perro. Las autoridades de salud y los responsables políticos deben garantizar la lucha contra la rabia en la población canina, así como el suministro adecuado de vacunas antirrábicas para hacer frente a los posibles casos de exposición a la rabia en la población, y crear sistemas de recopilación de datos para seguir documentando la carga del problema.

Golpes de Cabeza.

Los golpes en la cabeza son frecuentes en niños que empiezan a dar sus primeros pasos. También suelen ser consecuencia de caídas desde sitios elevados como cambiadores, sillas o mesas, o en niños más grande, accidentes en patines o en bicicleta por no utilizar el casco adecuadamente.
En todas las etapas de desarrollo los niños son susceptibles a sufrirlos, y aunque la mayoría de las veces no revisten gravedad, pueden llegar a ocasionar lesiones graves, por tanto es muy importante saber qué hacer si el niño se da un golpe en la cabeza.
Traumatismo craneoencefálico
Un traumatismo craneoencefálico se define como cualquier alteración física o funcional producida por fuerza traumática externa que ocasione un daño físico sobre el encéfalo (por ejemplo el cerebro) o alguna de sus cubiertas (huesos del cráneo, etc.).
La mayoría de los traumatismos sólo producen lesiones en la superficie de la cabeza como hematomas, heridas y dolor en la zona del golpe.

Síntomas de alerta tras un golpe fuerte en la cabeza.

  • Somnolencia excesiva, dificultad para despertarlo.
  • Pérdida de conciencia.
  • Vómitos.
  • Convulsiones.
  • Confusión o desorientación.
  • Visión borrosa u otro tipo de alteración visual
  • Alteración del habla.
  • Llanto permanente, irritabilidad.
  • Problemas para caminar o problemas de coordinación.
  • Dolor de cabeza intenso.
  • Sangrado por nariz u oídos.
  • Debilidad o adormecimiento de algún brazo o pierna.

Qué hacer ante un golpe en la cabeza.
Es muy importante vigilar al niño después de haber sufrido un golpe fuerte en la cabeza. Debe estar acompañado en todo momento por un adulto y evaluar la aparición de cualquiera de los síntomas de alerta que hemos comentado antes.
Por su parte, hay que mantenerlo en un ambiente tranquilo y silencioso, con la cabeza un poco elevada, aplicarle frío local (hielo envuelto en un trapo) y ofrecerle líquidos fríos en pequeñas tomas para no favorecer los vómitos.
Si se sospechan lesiones importantes no se debe mover al niño, especialmente el cuello, porque podría haberse producido una lesión en la columna cervical.
En el caso de haberse producido un corte se debe lavar la herida con agua, comprobar que no hay objetos incrustados y presionar la herida con una gasa para cortar la hemorragia. Si la herida es profunda, es posible que requiera sutura por lo que debéis acudir a urgencias.
En caso de hematoma o chichón, al aplicar hielo de forma localizada debería reducirse. Si por el contrario, el hematoma aumenta de tamaño, también debéis acudir al hospital a una valoración médica.
Asimismo, ante la aparición de cualquiera de los síntomas que hemos mencionado o un empeoramiento del estado general del niño debéis acudir a urgencias, tanto si se producen inmediatamente como dentro de las 48 horas después de haberse producido el golpe.

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miércoles, 23 de noviembre de 2016

Hemorragias.

Son lesiones que producen perdidas de sangre coagulada por una agresión.

Tratamiento de urgencia
  •        Contener la hemorragia
  •        Hacer asepsia
  •        Cubrir y vendar
  •        Proporcionar asistencia medica


Clasificación de hemorragias
  •        Arterial
  •        Venosa
  •       Capilar
  •        Mixta


5 métodos para controlar una hemorragia
  •         Presión directa
  •        Elevación de extremidad
  •         Presión indirecta
  •     Torniquete 

Fracturas.

Es la ruptura total o parcial de un hueso por diversas causas; lo más común es que se deba a un accidente, una caída fuerte o una lesión deportiva. La fractura provoca un dolor intenso y dependiendo de la gravedad puede necesitar cirugía para recomponer el hueso.

Tipos.
Existen distintas formas de clasificar las roturas de los huesos. Dependiendo del tipo de daño, se clasifican de la siguiente manera:

  • Fractura completa: El hueso se rompe en dos partes.
  • Fractura en tallo verde: El hueso se rompe pero no se separa en dos partes. Es típica de los niños.
  • Fractura simple: El hueso se quiebra por una parte.
  • Fractura conminuta: El hueso se quiebra en más de una parte o se astilla.
  • Fractura abierta: El hueso sobresale a través de la piel.
  • Fractura cerrada: Hay rotura pero no sobresale el hueso por la piel.